En relación con el anterior punto, otra forma de controlar tu hogar para emular que alguien se encuentra en casa es el encendido de luces o subida y bajada de persianas. Esto lo conseguirás gracias a los productos de domótica, que te posibilitarán controlar tu hogar aunque no estés en él. Engañar a los intrusos es muy sencillo.
Por otro lado, el sensor de movimiento de ventana es otra opción que puede resultar muy útil. Sabemos que una entrada clave para los intrusos es la ventana, por lo que debemos controlar esa zona con especial atención. Este sensor cuenta con dos aparatos, el aparato 1 se colocará en la parte móvil de la ventana y el aparato 2 en la parte fija, de modo que cuando se separan ambas partes –por la apertura de la ventana– se activa un aviso sonoro y luminoso que podrá alertar a los vecinos.
Otra opción es el uso de iluminación automática en tu jardín o porche. Quien se atreva a entrar en tu hogar activará las luces a su paso, lo que creará miedo en el ladrón ante el encendido inesperado.
Así, debes revisar correctamente que todas las puertas del hogar están cerradas. A veces no trancamos las puertas, por olvido o confianza, sin embargo, es crucial comprobarlo. En caso de que detectes que la seguridad sigue siendo insuficiente, te recomendamos que añadas una cerradura extra, lo que complicará la entrada a los intrusos. Recuerda que si necesitan invertir mucho tiempo y esfuerzo en entrar no merecerá la pena.
Por otro lado, no permitas que tu hogar parezca descuidado, esto se ve, sobre todo, en tu jardín o zonas exteriores. No dejes que el césped esté demasiado crecido, flores marchitas o terreno descuidado. Esto da una sensación de despreocupación por tu hogar, lo que se traduce en: nadie vive aquí.
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